El pasado viernes por la tarde, cuando salir a la calle era todo un ejercicio de valentía (o de inconsciencia, con los más de cuarenta grados que estaban cayendo a plomo), EnergÉtica convocó la primera reunión de un nuevo grupo de trabajo: Educación para la Transición Energética.

Ha costado varias semanas encontrar la fecha más adecuada para juntarnos, pero al fin hemos logrado reunir a más de media docena de personas para poner en marcha este proyecto. El origen está claro y desde el nacimiento de EnergÉtica lo hemos tenido presente y ya lo hemos trabajado de forma puntual en algún centro educativo: para que un nuevo modelo energético se asiente sólidamente en la sociedad, es imperativo trabajar en la formación de las personas, que sean capaces de analizar críticamente el actual modelo energético y capacitarse para actuar en su transformación.

Por ello, y también porque hay muchas personas en la cooperativa cercanas al sector educativo, el pasado viernes efectivamente pusimos en marcha este grupo de trabajo. Como la reunión la planteamos justo antes de poner los cerebros -y los cuerpos- en modo vacacional, la dedicamos básicamente a conocernos y establecer el marco general de actividad del grupo.

Los orígenes de las personas que forman parte de este grupo de trabajo son variados: desde la educación social a la ingeniería; desde docentes en activo a educadores fuera de las aulas. En cualquier caso, ha habido una buena sintonía en el enfoque que queremos dar a la actividad del grupo: interesa más promover un espíritu crítico con el modelo energético que aprender hábitos concretos; es más transformador dotar de herramientas curriculares al docente y revisar críticamente los libros de texto que organizar talleres puntuales para las aulas. Un buen montón de tareas que esperan a ser abordadas a partir de septiembre.

Existen muchas y muy interesantes experiencias didácticas que podemos utilizar de inspiración para el trabajo energético en las aulas. Algunas que adaptan modelos sociales alternativos al curriculum oficial; otras sugieren un protagonismo mayor de los escolares en la vida de su centro; las hay también, que proponen herramientas de la educación social para incorporar estas temáticas complejas al aula. De todas ellas quiere beber este grupo de trabajo para, quién sabe, conformarse en un futuro cercano como un referente en la incorporación a las aulas de una mirada crítica y alternativa a una forma de producir, distribuir y consumir energía que deja una pesada carga en el Planeta.

El grupo está ya constituido y el verano lo va a dedicar a buscar referentes fuera y plantearnos colectivamente las preguntas a las que quiere dar respuesta con su trabajo. Si te interesa formar parte de él, ahora que está recién nacido ¡no dudes en escribirnos contándonos por qué y te añadimos de inmediato.

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