Varias organizaciones europeas (entre ellas la federación de europea de cooperativas renovables REScoop, de la que forma parte EnergÉtica) han presentado un estudio sobre el potencial de la ‘energía ciudadana’ (1) para abastecer eléctricamente a Europa. Más de la mitad de la ciudadanía de la Unión Europea y un tercio de la española podríamos generar nuestra propia electricidad con energías renovables para 2050. El estudio ha sido realizado por CE Delft para Amigos de la Tierra, la Federación Europea de Energías Renovables, Greenpeace y REScoop.eu.

El informe subraya el elevado potencial que tendrían los proyectos renovables en manos la ciudadanía española, con una estimación de 16.4 millones  de personas con capacidad para participar activamente en el sector eléctrico, gracias a las energías renovables. Estas personas particulares podrían aportar la mitad de la demanda nacional de electricidad proyectada para el mismo año. Se trata de una contribución extremadamente importante ya que sería el cuarto país europeo en cantidad absoluta de electricidad producida por la ciudadanía (146 TGWh/año) solo detrás de Alemania, Francia y el Reino Unido. EnergÉtica precisamente pretende ser una herramienta en esta estrategia para facilitar que los ciudadanos creemos nuestras propias fuentes de energía.

En España, en julio de 2015 todos los partidos políticos se comprometieron a derogar o modificar radicalmente el Real Decreto que iba a publicar uno meses después el Gobierno en cuanto se formase nuevo Ejecutivo (tras las elecciones del 20 de diciembre de 2015). Así prometían crear con la máxima urgencia una normativa realmente favorable al desarrollo del autoconsumo que permitiese a la sociedad en su conjunto disfrutar de sus beneficios económicos, ambientales y sociales.  En cualquier caso en España aún estamos muy lejos de facilitar la ‘energía ciudadana’ por unas normas que lo penalizan.

El informe da pie a algunas controversias desde la definición de «energy citizen» como ciudadanos “energéticos” a aquellos que simplemente compran un coche eléctrico o instalan un calentador eléctrico. También si una pequeña empresa instala unos paneles en su tejado. Algunas personas ponen en duda esta definición que no tiene en cuenta la concienciación y la parte de toma de decisiones democráticas. Recientemente  se publicó un artículo que concluía que en Austria la motivación principal para instalar placas fotovoltaicas en casa ha sido el económico 

El trabajo es más bien un estudio técnico de cómo construir un sistema descentralizado de producción de electricidad, que también es útil, que de potencial de «ciudadanía energética», pero aporta un interesantísimo y necesario análisis. Quizás el estudio parte de una definición demasiado amplia de ‘energía ciudadana’ que algunos investigadores y organizaciones, como la propia REScoop, no comparten.

Este y otros puntos de vista están servidos en el debate. ¿Quieres hacer tus propias sugerencias? Háznoslo saber en el correo info@energeticacoop.es
Las infografías traducidas al castellano
Comunicado de prensa
El informe original (en inglés):
 
[1] A efectos de este estudio se definen como “ciudadanos energéticos” a individuos u hogares que producen electricidad con energías renovables o que gestionan su propia demanda de electricidad de forma flexible, tanto de forma individual como colectiva. La definición incluye también a entidades públicas como edificios municipales, escuelas, hospitales o edificios de la administración, así como pymes con menos de 50 empleados.
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