Eran las 10 de la mañana.
La escuela de Ingenieros acogía, con ese extraño aspecto de un edificio silencioso pensado para el bullicio, el lento goteo de los socios y socias de EnergÉtica que acudían a su Asamblea Ordinaria. Una especie de puesta de largo de nuestra cooperativa que en realidad no lo era, porque pese a ser nuestra primera asamblea ordinaria oficial, llevamos el hábito de juntarnos para vernos, para informar y para decidir tan interiorizado que estos rituales como que los llevamos ya aprendidos de casa. Pero aun así, no deja de ser un nuevo hito, un reconocimiento de que vamos efectivamente dando pasos, que nos vamos convirtiendo en algo que tiene más trascendencia que la de una mera reunión de amigos, que vamos tomando decisiones que aparecen reflejadas en libros contables o en registros oficiales. Si lo piensas, da un poco de vértigo, ¿no?
Aunque en breve mandaremos las actas oficiales de la asamblea, valga esta breve crónica para contar a quienes no pudieron acudir, algunas pinceladas sobre cómo transcurrió la mañana. Hablamos de presupuestos y de dineros y después de presentar las cuentas de 2015 y escuchar los informes de los tres interventores, que se han hecho un curso acelerado de contabilidad sin comerlo ni beberlo, fueron aprobadas sin mayor problema. También la propuesta de gastos para lo que queda de 2016 que seguirá la senda de la contención y de dirigir nuestros escasos recursos básicamente en difusión de nuestra cooperativa.
Nos dimos una vuelta por Valteína, para saber que seguimos a la espera de formalizar la firma de las escrituras de compra que será en Girona, sede de Som Energia, después de haber acordado con ellos la forma de gobierno a través del ‘pacto de socios’ que hemos cerrado en estos días. Finalmente, adquirimos el 18,7% de la central, lo que supondrá una producción estimada del 40% de las necesidades de nuestros clientes actuales.
También acordamos por amplia mayoría incorporarnos a la Unión de Cooperativas de Consumidores y Usuarios de Energías Renovables junto con la docena de cooperativas hermanas con las que iniciamos este camino de intercooperación hace justo un año en nuestra ciudad.
Una de las preocupaciones que muchos socios y socias hemos planteado en diferentes asambleas era la limitación que supone poder contratar solo un punto de luz por cada socio. A partir de un informe muy concienzudo sobre el impacto económico que puede tener en nuestro capital social esta eventualidad, decidimos apostar también por ello, por posibilitar que cada socio pueda avalar 2 contratos (a su nombre o al de cualquier otra persona) pero con la prevención de hacer un seguimiento del número de contratos efectivos para evitar riesgos en nuestro capital social.
Y así, entre unas cosas y otras, entre una taza de café y una perronilla, se nos pasó volando la mañana, dejando para más adelante el trabajo previsto para definir nuestro horizonte empresarial. Nos cerraban el edificio y ante el temor de quedarnos ahí encerrados todo el fin de semana, nos fuimos volando al Parque Ribera de Castilla para comer, beber, sestear, jugar y pasar una tarde agradabilísima de asueto y encuentro. Un broche magnífico para cerrar una jornada en la que la buena energía fluyó por todas las partes.