La Asamblea de 2020, en perspectiva

Este dos mil veinte está siendo un año diferente para todo. Diferente y difícil para muchas personas. En EnergÉtica, además de todo lo que ha supuesto en la paralización o ralentización de nuestra actividad empresarial, también ha trastocado nuestra vida social: nuestras presentaciones, charlas y encuentros se han reducido muchísimo o se han adaptado a la “distancia física”, como hicimos en nuestros II Encuentro de Pueblos EnergÉticos a través de videoconexión en directo.

Justamente el aprendizaje obtenido de esa experiencia online nos sirvió para afrontar el reto que teníamos para organizar nuestra asamblea anual: cómo hacerla respetando el distanciamiento físico obligado por la pandemia, pero a la vez cumpliendo con las obligaciones de quórum, información, transparencia y capacidad de decisión a la que obligan nuestros estatutos y los principios básicos del cooperativismo.

Para lograrlo nos hemos apoyado en tres elementos: el primero, una plataforma de participación digital que permitiera la interacción de socios y socias, las votaciones y centralizara la información de la asamblea. Por eso, en tiempo récord, montamos la plataforma Participa EnergÉtica basada en el software libre y gratuito Decidim. El segundo, la duración de la asamblea a lo largo de dos semanas, lo que nos ha permitido conseguir el tiempo suficiente para la inscripción de socios y socias y a la vez facilitar tiempo para el análisis de la documentación y el debate. Y por último, las tres retransmisiones en directo a través de nuestro canal de Youtube, en el que fuimos abordando cada uno de los momentos relevantes de la asamblea.

Además de informar de las cuentas, la memoria social o el estado de nuestra central hidroeléctrica, en la asamblea general anual llevamos a cabo varias votaciones de los puntos del orden del día. Como resultado, se aprobaron las cuentas y la memoria anual, se votó la incorporación de nuestra nueva interventora de cuentas, se aprobó la nueva redacción de estatutos para adaptarlos a la ley de cooperativas de Castilla y León reformada en 2018 y también mantener la remuneración de las aportaciones voluntarias al capital social al 1,5%.

Como primera conclusión de esta nuestra primera experiencia de asamblea 100% digital es que ha sido posible; con un poco de imaginación, bastante trabajo y algo de innovación social, hemos logrado superar este momento cumbre de nuestra vida social anual con nota. El número de inscritos ha superado el requisito de los 100 votos sociales que marcan los estatutos y el número de votos, aunque reducido, ha sido similar al de las asambleas presenciales. También valoramos que las personas de fuera de Valladolid hayan tenido, por fin, las mismas oportunidades de participar que las de la capital del Pisuerga en nuestras asambleas, una de nuestras tareas pendientes desde hace tiempo.

Pero a partir de ahí, también hay espacio para la autocrítica y la mejora: el alargar la asamblea durante dos semanas ha complicado el asunto y ha sido difícil seguir el tiempo en el que estábamos en cada momento. También la participación en los foros ha sido escasa, quizá porque los dinamizadores de los mismos no han tenido una formación específica para esta tarea que facilitara la participación. Pero sobre todo, nos hemos echado en falta: añoramos encontrarnos, vernos, sonreírnos, debatir en persona… en definitiva, hacer vida cooperativa. Por eso, desde el Consejo Rector se está trabajando en mejorar los mecanismos de participación de las personas que forman parte de EnergÉtica; quizá combinando, cuando se pueda, las asambleas presenciales con las ventajas que proporciona la plataforma de participación que hemos estrenado o buscando fórmulas imaginativas que aseguren que la cooperativa va donde quieren sus socias y sus socios. De cualquiera de las maneras, las tecnologías de participación digital han demostrado su espacio en el futuro de nuestro proyecto.

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